domingo, 14 de enero de 2007

MORAL Y DERECHO


El título corresponde a la reciente película acerca de la confrontación entre los intereses de las tabacaleras y los que elevan proyectos agitando banderas del sufrimiento de los fumadores.
Gracias por Fumar se despliega sin mostrar resolución del conflicto.
Como muchas buenas producciones la denuncia tiene un valioso tejido sociopolítico. No solo se la ligan las tabacaleras, sino también las armas y el alcohol.
El personaje central no escatima esfuerzos en pos de argumentos que ayuden a responder, o a desviar, las acusaciones contra quienes promueven el consumo masivo de cigarrillos.
La industria insiste en que fumar es una decisión individual. Es la educación el instrumento al que corresponde disminuir o anular la actitud de los consumidores.
Se sabe que se ha castigado pecuniaria y fuertemente al sector en merito a los costos sanitarios públicos forzados por la atención de enfermedades derivadas del uso del cigarrillo.

Así la película como la realidad enseñan que la situación es irremediable.
Pero, por la naturaleza del hecho, se esta frente a esquemas que se repiten toda vez que la legislación pretende avanzar en los terrenos de la moralidad. No podrá haber una ley que decida legítimamente por el fumador, ni por el conductor que no usa cinturón de seguridad, ni el motociclista que se niega a usar casco.
Esa es una cuestión que la democracia no alcanza a poner en claro.
Se pueden imponer leyes en toda situación en la que se afectan intereses opuestos. Cabe la ley cuando la inconducta de alguien daña el derecho de otros.

No se legislará toda vez que corresponda definir a partir del libre albedrío.
Se pueden reclamar por las consecuencias dolosas de actos impropios. Pero no se puede exigir que las personas adopten decisiones circunscriptas a la individualidad, que debe estar rigurosamente defendida por las instituciones.
Este tema muestra una de las facetas de mayor debilidad de las democracias. Es un interregno entre lo deseable y el fascismo.
Se requerirá una educación inteligente para hacer que en la escuela o en la universidad sea materia de todos los días el progreso de la vida en sociedad.