sábado, 26 de noviembre de 2011

Nobel sabio

Enriqueta Estela Barnes de Carlotto sufrió el salvajismo del golpe del 76 en lo más íntimo. Su esposo y su hija Laura fueron chupados y torturados. Guido fue devuelto tras el pago del monto impuesto por los secuestradores. Laura Estela fue mamá en su penuria. La asesinaron con un tiro de escopeta a pocos centímetros de su espalda. Su bebé no fue encontrado todavía.
Estela Carlotto se agregó a las Abuelas de Plaza de Mayo a poco de arrancar la bestialidad preparada durante el gobierno peronista de los 70. En esos días le hicieron saber el destino de su hija.
Es enorme el reconocimiento universal a la Asociación por lo que ha logrado y hace en pos del reencuentro de jóvenes y abuelos.
Nuestra Universidad Nacional del Sur distinguió hace horas a la heroína con "Honoris Causa".
Es admirable la honradez, claridad y valentía de la platense galardonada.
Todo el sacrificio de Abuelas y de Madres mostró al mundo el valor genuino de la familia como célula social básica y que justifica todos los esfuerzos por honrarlo.
El Nobel Adolfo Pérez Esquivel, quien trascendió en las mismas instancias y con similares propósitos que dieron origen a Madres y Abuelas, señaló en un momento que la señora de Bonafini se equivocó al permitir su cooptación por el PEN (el ejercido por los Kirchner). Reclamó la distancia imprescindible de esas banderas respecto del poder político. Madres le dio la razón.


Es de esperar que la imprescindible señora de Carlotto reconozca esa premura.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Scioli, Breitenstein: la defraudación


Ya se confirmó la incorporación del actual jefe comunal bahiense al futuro gabinete de la Provincia.
Resignando su postura en contra de las “listas testimoniales” (otro invento de CNK para derruir el sistema político), el abogado bahiense será reemplazado el 11 de diciembre por un colega.
Scioli y Breitenstein sabían de esta maniobra desde antes de octubre. No podemos entender qué podrá hacer el nuestro en un ministerio de la Producción (aunque anunció que actuará en favor de Bahía Blanca...).

La situación refrenda el que no podemos seguir corrompiendo esta democracia votando figuritas y, no, programas. Si funcionaran como corresponde los partidos, vaciados en la nación por el aumento de los monopolios y las estrategias de sus voceros, estaríamos más seguros.
Algunos impresentables dicen que nuestra sociedad ha madurado sensiblemente, demostrándolo el votar mayoritariamente  a una opción política y apurarnos enseguida al refugio del dólar. Aceptar el elegir figuritas en vez de optar por programas y metas niega ese progreso general.


Son los partidos los que deben actuar comunicando a la gente con la autoridad, llevando y trayendo inquietudes, urgencias y soluciones. A la vez, preparar dirigentes y militantes que den vida y sentido a las banderías partidarias; quer estén capacitados para actuar y controlar.
Ya expusimos que se necesitan nuevas agrupaciones, mejor ancladas en sus bases municipales, que reemplacen a los todavía existentes (por más que sean sólo sellos y escudos y alguna Casa legítima). Hay que regionalizar las comunidades de intereses y elevarlas a las provincias y a las esferas de más jerarquía. Las universidades tiene que comprometerse en los diagnósticos y  propuestas de cada geografía. Cada partido conatrá con sus medios de difusión, propiamente identificados con ideas y recomendaciones genuinas.


Luego del romanticismo de los 80, del nefasto pragmatismo de los 90, los K enseñaron que para ejercer poder hay que tener banca. Edifican su “modelo” dominando seductoras chequeras (que ya probaron eficacia con senadores y gobernadores). Se asociaron a fuertes grupos económicos y crearon conflictos con otros. Desenvolvieron aparatos sofocantes de propaganda y se enclaustraron para llevar adelante decisiones y nombramientos. Esa táctica partió al mismo partido oficial. En lo económico apoyaron el crecimiento de pesados agentes financieros y castigan a la clase media obstruyendo sus vías de desarrollo. Esta declinación de las empresas medianas y pequeñas es el rasgo más preocupante de la destrucción de la democracia.
Imploremos por el tiempo que alcance a dar vuelta este desgraciado proceso. Tenemos la humanidad suficiente.

martes, 8 de noviembre de 2011

Las madres de Casa Rosada

Hay una sociedad femenina sólida y soberbia. Desde Balcarce 50, desde el Banco Central, del ministerio de Desarrollo Social y del de Defensa parten las directivas menos discutibles de la política nacional.

Puntualmente, la decisión oficial de incomodar a los particulares compradores de divisas parece ser continuidad de una estrategia puesta en marcha meses atrás.


Posiblemente el objetivo tenga que ver con los subsidios y tarifas de servicios públicos, que es una significativa sangría a las arcas oficiales. Cómo llegar a esa meta sin exacerbar conductas inflacionarias es la preocupación central del gobierno.
Desde la asunción de los K, la exaltación del consumo fue la estrategia destinada a aumentar empleo y recaudación fiscal. Se instaló la sociedad con los financistas, dándole a los bancos el manejo de los fondos de la Anses a bajísimo costo. Éstos volcaron esos recursos a los mercados proponiendo créditos sin interés (y disfrazando en seguros de desempleo y de vida sus pretensiones de lucro). Para los operadores de los recursos financieros (dentro de un sistema aislado del esquema internacional) se originaba la renta financiera en adición a la comercial (o sea, el beneficio por ventas). Los planes más accesibles no son instrumentados por la banca pública (Nación, instituciones provinciales) sino abrumadoramente por los financistas criollos y sus socios foráneos.
Pero la fuga de moneda extranjera creció por efecto de la desconfianza. Una falta de fe que tiene fundamentación reciente: corralito, hiperdevaluaciones, etc. Y el fenómeno recrudeció hasta lo insostenible.
Una táctica política basada en el clientelismo y  la prebenda iba asfixiándose por la magnitud de los subsidios y la constante expansión del gasto público.
Se optó entonces por masacrar al comercio del menudeo restringiendo fuertemente las importaciones. La situación golpeó al pequeño comercio minorista y a la fábrica mediana, distantes de la formación de precios, mientras se compensaba a las grandes comercializadoras (propiedad de los bancos) que pueden ofrecer crédito accesible por los artículos de gasto más significativo (como los TV, LED o LCD y celulares terminados o envasados en el País).
El acogotamiento del consumo contrapesó la reacción inflacionaria. La corriente principal del uso popular del dinero se dirige principalmente a la búsqueda del dólar negro.
El escenario promueve más concentración de la oferta, más precarización laboral, mayor debilitamiento de la clase media y progresiva aniquilación de la democracia.