viernes, 19 de octubre de 2007

Antorchas


Otra vez, el Cine. El Buen Pastor relata la historia de la CIA, nacida después de la segunda guerra mundial y al servicio de la expansión del flamente imperio.
Robert De Niro ajusta en casi tres elegantes horas una descripción de la naturaleza y funcionamiento de las áreas de espionaje y contraespionaje de los EEUU.
En oportunidad de la guerra fría, la CIA se enfrentaba a la KGB (a pesar de que, como se reconoce el el film, la URSS era un invento engrosado por el imperio para su justificación extendiente).
El gran valor de este arte, como lo apuntamos en Munich es la presentación de hipótesis sobre la realidad sociopolítica: De Niro afirma que la CIA está corrupta, infiltrada.
Lo cierto es que los organismos de inteligencia, inmunes al control democrático, son la herramienta del poder real, el de los monopolios de las finanzas, dispuestos para el control de los gobiernos (propio y ajenos).
Nos colman estas expresiones, canalizadas a través de la estética, apetentes por abrir los ojos de los que quieren pensar (y actuar). Bien se ha dicho que son los artistas y los intelectuales los que portan las antorchas del camino a la reivindicación humana. De Niro, Spielberg, Clooney, Robbins están en ese sendero.

sábado, 6 de octubre de 2007

Ciudadanos Sin Lustre



Este espacio estará dedicado a aquellos vecinos que desprecian la buena vida en convivencia. A los que ignoran respetos básicos que ayudan a ser, tolerar, acompañar.
Incluye a los patrones desinteresados en la seguridad de sus empleados, como los muestra la imagen en que se los ve en una obra de Vieytes 400, a más de 30 metros de altura, trabajando sin casco ni arneses. Claro que en esto va el reproche a los de la UOCRA, del Ministerio del ramo, etcétera.
También a los responsables de los camiones que entorpecen la civilización del tránsito interponiendo exagerados camiones (inconcebibles en el reparto de mercaderías a minoristas), asociándose a la desidia de agentes municipales que no controlan nada ni a gremios empresarios apáticos al establecimiento de reglas de juego claras para todos.
Incluye a quienes se mofan de la salud ajena y entregan baldes de cremas heladas parándolos en las veredas donde se saliva, se defeca y contamina.
Esta es una sección que invitamos a ocupar destacando las porquerías a que nos puedan someter las malas gentes de todos los días.
Una receta muy sensata del romance civil de los 80 decía que para construir la Democracia bastaba con respetar. Hacerlo dentro de Casa, en la escuela, en el trabajo, en la recreación. Es de esperar que alguna vez se homanejee esa fórmula tan esencial y valiosa.