sábado, 29 de agosto de 2009

LNP: la oportunidad perdida


Inaccesible. A lo largo de 53 años rigió los medios de prensa y el mercado publicitario local. Consolidó una política del diario que se asume como rector moral de Bahía. Fue despedida destacándose atributos de heroína de la dignidad de la Patria y de la fe religiosa.
El fallecimiento de la directora de "La Nueva Provincia" y LU2 deja una vacante que no nos permite alentar esperanzas de cambio.
¿Por qué, cambio? Porque es lamentable que el recurso escrito más valioso de nuestra comunidad no sienta vocación de sociedad. Sería deseable que el diario fuese un bien apreciado por todos los vecinos, donde encontrar la información, los comentarios, las proyecciones y los diagnósticos que pudieren ayudar a desenvolvernos lo más felizmente posible.
Se nos muere la gente y es imposible darse cuenta quién era, salvo para allegados al difunto. Una fotito no vendría mal, acompañando al aviso pago habitual.
Lás páginas 5 u 8 son el destino de la difusión de la vida local. A menos, claro, que el hecho sea de carácter policial, siniestral o deportivo y llegue a ocupar la primera plana.
La visión bahiense es para el diario un reflejo del patrón que se usa a nivel nacional, excedido de centralismo y prepotencia. Nuestro diario debería abrirse más a las barriadas, a sus entidades (sin esperar que se cumpla alguna fecha que promueva el rédito publicitario) y a sus mejores representantes. Favorecer la constitución de Bahía Blanca desde abajo, desde la gente. Acercarse más a la Universidad y a los colegios profesionales para medir y promover sus posturas.
A diferencia de lo anhelable, "La Nueva Provincia" ha bregado insistentemente en imponer directrices moralistas y virtuosas, anteponiendo el orden (el salvador del status quo) y el homenaje a las minorías. Dejemos de lado la deplorable actuación durante la dictadura militar.
El diario bahiense perdió hasta ahora la oportunidad de ser un emblema del pueblo; de ganarse la estima y el afecto de la gente de bien. Prefirió ser estandarte y general de una gestión disociante y destructiva.
Lo sentimos mucho.