jueves, 16 de abril de 2009

¡Cuánta desprolijidad!


Los responsables del sistema vigente de patentamiento vehicular han dilapidado sus posibilidades.
Basar en una composición de tres letras y tres cifras favorece identificar unos veinte millones de dominios (motos, aparte).
Hasta el momento se han usado de la R a la Z iniciales para designar a los modelos previos a 1995. Esto significa que se van a agotar casi siete millones de chapas posibles en ese propósito.
Los rodados más actuales (del 95, para acá) se inician con A (llegando a completar la H, hoy). o sea, otras seis millones de patentes virtuales.
La realidad indica que no hay oblando impuesto no mucho más de siete millones de vehículos de más de dos ruedas.
Para los responsables del sistema han alcanzado algo menos de 13, sin embargo.
¿A qué podrá deberse semajante desprolijidad? Quizá, probablemente a una desordenada distribución entre los trescientos Registros repartidos en el País, sin afán alguno de eficacia por parte de los funcionarios nacionales.
Valga este tema para pintar la desidia con la que se empeñan quienes están a cargo de decidir y ejecutar la cosa pública.
Obviamente, esta irregularidad no es exclusivamente nuestra. Es consecuencia del desmedido volumen que se ha dado al aparato estatal en todo el Mundo.