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martes, 17 de marzo de 2009
Caótica Mar del Plata
Dejando de lado la falta de limpieza y la rotura de calles, la Perla atlántica muestra una inaceptable renuncia legal. Se ha relajado absolutamente el respeto a las normas de tránsito.
No hay motociclista que use casco protector. Menos, los que enseñan la patente en condiciones. Los taxis han superado largamente, en su mayoría, la edad permitida: coches viejos, sin higiene, son los predominantes. Y muy pocos,cinturón de seguridad puesto.
El parar en segunda fila es moda irresignable. Nuestra foto da cuenta de un vehículo comercial frenado en doble fila, en calle angosta, con suficiente espacio para estacionar correctamente. (Las basuras de la acera no son casualidad).
Esta falta de autoridad comunal manifestada en el desprecio a las normativas de tránsito sólo da pie a pensar que no se quiere molestar al turista aún a costa de la recaudación que deberían generar aquellos que se frotan entrepiernas las disposiciones legales.
Por otra parte, ese abandono se ve también en los frentes de los lugares de comida. Muchos, más visitados por palomas y roedores que por clientes.
Los bonaerenses nos merecemos una Mar del Plata feliz: limpia y ordenada. Los dineros que arrimó la gobernación a la recuperación del selecto Hotel Provincial podrían haberse derivado a campañas de persuasión al respeto a lo que es común a todos: la ley.