viernes, 12 de diciembre de 2008

Democracia municipal


Estamos ante otro paro de trabajadores municipales de Bahía Blanca. En ruidosa actitud, el reclamo de aumento es muy fuerte.
Enfrente, el Ejecutivo tensa la situación oponiéndose a la magnitud del ajuste requerido.
Ya lo señalamos en una página anterior. La escena es irrisoria.
El Intendente, sus secretarios y directores están incluidos en la plana de sueldos abonados por la comuna. Todo aumento de la remuneración a los empleados puede recabar en una mejora para los funcionarios. Todos corren por ventajas para la misma meta.
Es cierto que comprimir la masa de salarios y aportes y otras cargas ayuda a la economía que pueda desplegar el equipo de gobierno. Se ha dado también una vez (una sola vez) en la que los de arriba no se dieron aumento. En otra oportunidad se lo adjudicaron para ellos solos. En los 90.
Los concejales conviven igualmente los avatares de la escala de remuneraciones.
Es oportuno cambiar las cosas.
El cuerpo ejecutivo y el de los ediles deberían conformar una cuestión de contratos especiales. Dejarlos aparte de el cuadro de sueldos de la planta estable.
Son contratos especiales de cuatro años. Renovables según las urnas.
Bajo esta óptica es posible admitir el rol del intendente como administrador de los bienes vecinales. Y el de la gente del HCD. Y el de los colaboradores políticos del jefe comunal.
De otra forma, manteniendo las circunstancias actuales, la discusión salarial debería plantearse ante la Asamblea de Mayores Contribuyentes, que es más representativa de la comunidad que lo que lo es el Departamento Ejecutivo y el Deliberativo.
Además, bajo contratos especiales se evitaría un problema: al salir de planta estable directores, subsecretarios, etc., no podrían reclamar anclarse a sus puestos, como se suele dar equivocadamente. Estas chances no concursadas enrarecen.

TOCAR FONDO
Si el Intendente sigue siendo la cabeza del Ejecutivo, modificándose cuerpos directivos tras cada reemplazo poselectoral, no se logrará estabilidad en las políticas municipales.
Se requiere continuidad y se malogra con este sistema de cambio. El jefe comunal debe estar en el Concejo, como edil principal, y controlar desde allí el cumplimiento de las decisiones emanadas del programa partidario más votado.
Hay que darle a la planta de jerarquizados del Ejecutivo la estabilidad que asegure capacitación y experiencia resolutiva.
Los objetivos se ordenan según las urnas, se plantean el el HCD y se plasman en su ejecución.
Esa es la forma posiblemente más respetuosa de la base democrática de una sociedad: la de sus municipios. Recuperemos representatividad, descartemos las fuentes de corrupción (clientelismos, amiguismos, etc.) y alentemos a todos a sumarse a la consolidación en paz.

La ilustración pertenece al puntaltense Jorge González Perrín

viernes, 24 de octubre de 2008

Mal y mucho


Se anunciarían medidas inminentes en materia de Tránsito y Transporte. A costa de renuncias a la libertad, se procura acentuar las precauciones que el Estado diseña para atajar la deplorable situación dada en rutas y caminos.
Las nuevas multas que están adoptando progresivamente las comunas bonaerenses intentan corregir imprudencias e irresponsabilidades.
A las que están aplicándose se sumarían las sanciones a quienes oteen peatones del mismo o distinto sexo; a los que manejen escuchando radio o charlando con acompañantes; a los que practiquen un culto diferente del oficial, o a quienes no ejerciten ningún culto; a los que conduzcan amamantando, ya sea en motos o coches. Lo mismo, fumando o leyendo.
Se habla de iniciativas colaterales de sectores públicos, como Arba (ex Rentas BsAs) que impulsa la anulación de toda multa aplicable a quien estuviere al día con sus impuestos y tasas.
Ahora, en serio: creemos que los que deben reflexionar son los que engendraron las normas vigentes. Castigar al motociclista que no porta casco; al conductor que no usa cinturón de seguridad; al que utiliza un celular, etc. son caminos equivocados de prevención. Se trata más bien de avances del estatismo sobre las libertades. Son riesgosos atropellos que dejan de lado toda práctica disuasiva abriéndole las fauces a los recaudadores.
De por sí, conceptualmente, toda estrategia punitiva basada en multas está castigando con inequidad a los que menos pueden. Y ya se triplicaron los castigos.
Quizá, de mantenerse el criterio de multar, sería mucho más justo hacerlo en proporción al valor del vehículo con el que se comete la falta. Será razonable penar al irresponsable acortándole la habilitación para el uso o la explotación de un bien.
Imponer multas es suponer que la sociedad cuenta con una adecuada distribución de riqueza. Y eso está cada vez más lejos de cumplirse.
Esperemos que llegue pronto el tiempo en que quienes están convocados a legislar actúen estudiando y asesorándose. Y, sobre todo, se impongan solidariamente el salvar a nuestra pobre democracia.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Avance estatista represivo


Multar por no usar casco conduciendo una moto es ilegítimo. No es materia de derecho. Es un tema moral, de libertad de elección individual. De convicciones. Lo mismo, lo propio con los cinturones de seguridad. La forma más eficaz de prevención es la persuasiva.

La ley tiene que ver con la vida de relación. La de la persona con otra persona. O con otra cosa (de otra persona). Si se roba, se mata, se ofende, siempre es contra alguien. Nunca, contra uno mismo.

Si una ley obliga a renunciar a vidrios polarizados, podría dar pie a otra que fuerce a tomar una religión determinada.

La diferencia entre moral y derecho es la individualidad en oposición a la sociedad. Todo lo que cabe como decisión personal escapa de lo normativo hasta tanto afecte a un prójimo. Si se tienen enganches salientes en un vehículo, sólo se podrá recurrir a justicia ante un daño originado por esa elección. Claro que para que ese irresponsable saque el enganche de su rodado se necesitará un esfuerzo convincente y educativo de los agentes sociales.

Imaginemos programas de TV donde se muestren las barrabasadas que se cometen en el tránsito. Debe ser muy atrayente ver vecinos empeñados en hacerse daño (como llevar una moto sin casco o manejar usando un celular) y en infligírselo a otros (pararse en doble fila, desparramar gases tóxicos en pleno centro, etc.). Poder recrear ese sentido de vergüenza que nos ha asfixiado tanta corrupción va a ser muy sano para todos.

Pero mucho más saludable será ir progresando en democracia y definir hasta dónde llega el autoritarismo que alentó a esta Argentina ingenua. Los poderes de la legislación y la judicatura han avanzado oscuramente al amparo de los pobres sistemas educativos y de los excesivos poderes nacidos de la riqueza. Hay mucho autoritarismo impregnado en nuestra vida social: es represiva y disciplinante la familia, la escuela, el trabajo. Nos falta consolidarnos en nuestra libertad individual para hacer más creativa y dinámica nuestra vida social.

Claro que si seguimos homenajeando a los monopolios, privados o estatales, y a su carnaval de prepotencias, el camino a lo justo será cada vez más difícil.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Cómo somos los bahienses


Se difundió una encuesta de la consultora Cepeda-Belfiore y Asociados para el diario "La Nueva Provincia" , sobre la base de 200 personas que residen en Bahía Blanca.
Nueve de cada diez bahienses están contentos de vivir en la Ciudad.
Un 17,5% opina que lo mejor reside en la calidad humana de los vecinos y en las personas solidarias, mientras que el 12,5% destaca el hecho de ser aún una ciudad tranquila (aunque, curiosamente, el 15,5% dice que la inseguridad es lo peor).
Entre otros puntos positivos, el 10% resalta el hecho de que "todos se conocen" y el 8% hace hincapié en la existencia de universidades y buenas opciones de estudio.
Un 6% afirma que lo mejor reside en sus lugares de esparcimiento y el 5,5% valora su ubicación geográfica, cercana al mar y a las sierras.
La actividad cultural resulta destacada por un 4%, mientras que el 3% señala los bajos niveles de desocupación y la existencia de un centro comercial atractivo.
En cuanto a lo peor, un 15,5% habla de la inseguridad, al tiempo que otro 15% se inclina por el estado del medio ambiente.
Un 9,5% alude al caos en el tránsito, el 9% a la falta de limpieza y un 8,5% a la presencia de gente soberbia, poco solidaria y a la existencia de una "sociedad feudal".
Otras opiniones negativas son: polo petroquímico muy cercano a la ciudad (7,5%), falta de opciones de entretenimiento (7%), grupos cerrados (6,5%), clima (6%), estado de las calles (4,5%) "caretaje" ( se presta atención al qué dirán)(4%).
Sobre la principal virtud de los bahienses, el 39% remarca el hecho de ser solidarios, desprendidos y serviciales cuando la comunidad lo necesita, el 10% responde la amistad, cordialidad y calidez y, el 7,5%, la condición de familieros.
Otras respuestas son: honestos y buena gente (4,5%), emprendedores y con deseos de avanzar (2%), buenos deportistas (1,5%) y quieren a la ciudad/localistas (1,5%).
En cuanto al principal defecto, las opiniones se distribuyeron de la siguiente manera: cerrados, desconfiados, antipáticos y prejuiciosos (38,5%), se vive de la apariencia, elitistas y materialistas (18,5%), prepotentes, soberbios, agrandados y arrogantes (11%), no se cuidan los espacios públicos ni la limpieza (10%), egocéntricos e individualistas (9,5%), poco emprendedores (4,5%), y otros como falta de respeto en el tránsito e imprudentes, falta de conciencia, despreocupados (5%).
Más allá de los errores a los que pueden llevar las generalizaciones, más allá de que cada persona es un mundo en sí misma, y más allá de las interpretaciones, pensarnos como bahienses es una forma de ir recobrando o manteniendo nuestra identidad.
Defectos y virtudes, esperanzas y frustraciones, alegrías y tristezas, conforman las personalidades de cada uno de los habitantes de esta ciudad y de otras.
La realidad bahiense parece responder en gran medida a los cánones de aquellas ciudades que se ven hostigadas con climas, al menos, difíciles.
Si bien no existe un estudio específico sobre la influencia del clima en los bahienses, se explicó que los vientos constantes producen irritabilidad y mal humor.
Además, el viento norte en verano genera una fuerte disminución en los niveles de confort de los que gozan los bahienses.
En esta zona predominan los vientos norteños y noroestinos.
En el plano de las principales virtudes, surge: "solidarios, desprendidos y serviciales", 39,04 %
La encuesta confeccionada por "La Nueva Provincia" culmina con la señal de que hay una necesidad casi unánime de que la ciudad comience a fructificar en nuevos líderes.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Los por qué de tanta corrupción


Es desalentador escuchar a cada rato sobre los actos de corrupción dominantes en la función pública. Que hay que ser muy "pirata" para sobreponerse a las "camas" con las que te ametrallan en cualquier cargo cercano a una fuente de coima. O de un trampolín de progreso político.
Es aplastante. Y, quizá, universal.
Una vez que los planteles de gobierno (nación, provincia o municipios)se infestaron de corruptela, la epidemia cunde. ¿Cómo dejar de pensar que seguirá así para siempre?¿Habrá alguna alternativa? ¿Alguna salida a la inmundicia?.
La respuesta es siempre: democracia. Velada de ingenuidad o de pelotudez, esa esperanza mantiene su vigencia.
No será fácil. Hay que recuperar la militancia. Canalizada a través de agrupaciones, por supuesto. Partidos vaciados, desmantelados por los grandes intereses que han controlado la mayoría de los medios de comunicación, han dejado de cumplir su estratégico papel.
No hay mediación entre la gente y los orientadores de la opinión. La TV angustia, mete dudas y miedos. Los diarios tradicionales espantan e inmovilizan. Agigantan el escenario de corrupción y reclaman más represión.
Y los que creemos que la Vida merece ser honradano podemos dejar de pedir más democracia. Más actividad, más control popular. Ir hacia municipios representativos de la comuna y no de grupos electoralistas de despliegue nacional. Reorganizar provincias con federalismo pleno, fuerzas de seguridad sanas y eficaces; universidades comprometidas con el diseño y el destino patrio. Partidos que formen dirigencia y que maduren doctrina.
Tenemos una poderosa oportunidad sudamericana. Forjémosla y reafirmemos nuestro espacio en el Mundo, que será para bien de Todos.

lunes, 21 de julio de 2008

Nikon, Panasonic, Canon, HP, Feather, Acer

domingo, 20 de julio de 2008

Bahienses: basta de crecer


Se ha violado el corralito a las construcciones impuesto en el sector más dinámico de Bahía Blanca.
El Ejecutivo municipal trata de hacer saltar todos los fusibles que ayuden a atajar el camino hacia arriba. El primero en caer fue el arquitecto Soteras, que había asumido en febrero próximo pasado. Nada explica aún las violaciones entre diciembre 2007 (entrada en vigencia del parate) y el momento de la designación del citado. Referencias de amigos de Soteras dicen de alguien "cabrón, pero honesto". Quedó pegado.
Lo que fue silenciada es la vergüenza que significa que una ciudad de Occidente deba imponer un corralito al progreso. Todo, en razón de la incapacidad de los gobiernos municipales para plantear la infraestructura necesaria (cloacas, agua, obviamente)que apoyase el avance edilicio.
Desde 1975, Bahía Blanca es una de las muy pocas urbes que desarrolló un diagnóstico de situación y un esquema de recomendaciones políticas. Ese Plan fue revisado en los 80 y los 90. Estuvo a cargo del arquitecto Eduardo Sarrailh, ya fallecido. De muy poco ha servido ese esfuerzo y sus costos.
Es cierto que desde hace un cuarto de siglo se ha venido luchando desde el sillón de Bordeu por amenguar los efectos inflacionarios y no disminuir el plantel comunal. (En esto, los mayores éxitos, aún abusando de trabajo en negro y con vista gorda sindical).
Hoy, debiendo hacer frente a los acreedores vecinales (que están sosteniendo un presupuesto que se triplicó en cuatro años) la única señal es la vergüenza. No sigamos creciendo: no sabemos cómo, dirán las autoridades.

sábado, 19 de abril de 2008

¿Sabías que?...


...la Comuna ejecuta una legislación de Tránsito y Transporte que es un avance feroz del estatismo sobre nuestras libertades? ¿ Bajo qué condición democrática se puede reclamar el cumplimiento de un contrato privado, como lo es el del seguro de un vehículo? ¿ O el penar por no usar casco? Son cuestiones de prevención social que deberán cubrirse por educación y, no, represión. Además, ¿qué tipo de justicia es la que impone castigos en moneda cuando nuestras sociedades son tan desparejas en posibilidades económicas?

…la Terminal de Ómnibus a inaugurar en Bahía Blanca, presupuestada inicialmente en 12 millones de pesos ya costó mucho más que eso y que es un negocio de las empresas de colectivos pagado con los impuestos?

…el presupuesto bahiense pasó de 120 millones anuales (con Rodolfo Lopes) a 360 en la actualidad? Y que ese valor implica una erogación de unos mil pesos por cada familia solvente local?

…una proporción importante del plantel del Municipio local no cuenta con cobertura social ni riesgo de servicio y cobra sueldos mucho menores a los de Convenio? (¿A cuánto se iría el presupuesto breitensteiniano de regularizarse esa situación?)

…lo más probable es que se monopolice la prestación del servicio de ómnibus si se sigue con el boleto individual como modo de financiación del sistema?

…es muy alto el nivel del volumen de publicidad que el gobierno comunal vuelca en todos los medios de difusión locales?

…si la Municipalidad funcionara de mañana y de tarde (repartiendo las Secretarías) se ahorraría mucho en rodados, muebles, útiles e incomodidades vecinales?

…si el Intendente sigue siendo la cabeza del Ejecutivo en vez de asumir la del Deliberativo y controlar a una planta estable de funcionarios de carrera no se podrá superar el amiguismo y el clientelismo que corroe a la democracia comunal?

…la ley desaprueba la usurpación de la vía pública en todos los casos en que el ocupante de una vivienda se hace dueño de la calle en lo que es el acceso a su garaje?

…los sueldos de los trabajadores municipales deberían discutirse en la asamblea de Mayores Contribuyentes y no con el Intendente, que es otro contratado en el Presupuesto municipal?

…a pesar del jugoso arreglo con Cliba, la Municipalidad no controla a los que se llevan los voluminosos residuos de edificios y comercios a desparramar en cualquier parte provocando basureros indeseables?

…la Oficina de Habilitaciones no tiene inspectores suficientes (hace rato. Y así lo confirma) como para hacer cumplir las ordenanzas en vigencia (polución, desorden, contaminación)?

…los municipios tienen acceso restringido a la base de datos nacional que contiene a los titulares de los rodados? En la mayoría de los casos, sólo valen los datos municipales. Un vehículo con residencia en una localidad puede ser herramienta de fechorías en cualquier otra sin que obstruya sus transferencias.

…el Hospital Municipal atiende a numerosos pacientes de otras provincias y países estando financiado por los bahienses?


domingo, 24 de febrero de 2008

USURPACIÓN


Convertirse en dueño de la calle es usurpatorio. Hacerse propietario del acceso al garaje de una vivienda es ilícito.
La legislación bonaerense más reciente sobre tránsito impone que debe conseguirse la autorización municipal para hacer uso del acceso al garaje residencial sólo en horarios específicos y reducidos. Esto quiere decir que el ocupante de una casa con acceso para autos puede obtener permiso para disponer del tramo de la calle que ayuda a entrar a su garaje en los horarios en que la Municipalidad le favorezca.
En nuestro macrocentro, ligado al crecimiento irreflexivo del parque automotor y al circuito de los colectivos (que dejan y levantan gente en pleno centro), la usurpación de las entradas a los aparentes garajes (debe haber muchos que o no tienen coche o usan ese espacio para otros propósitos) complica el estacionamiento y la vida apacible de los conductores.
Esta introducción nos permitió esbozar diversos temas de análisis.
Uno: espacios públicos apropiados por ocupantes de viviendas unifamiliares con acceso de autos. Aquí hay que hacer respetar la ley. Se tiene que conseguir la autorización comunal para que en determinadas horas nadie estacione en ese lugar. Quedan, por ahora, fuera del tema los accesos a empresas y residencias multifamiliares.
Dos: el aumento ingobernado del volumen urbano de autos. Si se tiene en cuenta que cualquier auto en aptitud de circular significa la pérdida de por lo menos mil pesos mensuales de capacidad de gasto para su tenedor, es irracional adquirir un rodado “para buscar los chicos al Jardín” o metas similares. La ilusión de poseer un auto debe contrastarse irremediablemente con esos mil pesos (como mínimo) que se pierden cada mes de ser gastados en otra cosa.
Tres: el servicio de taxis y remises en esta Ciudad es desparejo y caro. No hay regulación municipal que ayude a que el propietario del taxi tome en serio su inversión, mantenga actualizada la unidad, respete la situación de sus choferes (que manejan 12 o 14 horas diarias en medio de todo el stress urbano). En Bahía Blanca, un taxi llega a significar fácilmente 10 a 15 mil pesos de ingreso bruto por mes (según la parada). Descontando los 4 mil que puedan llevarse los choferes, queda un monto importante como para renovar a 0 km el taxi cada cinco años. Máxime, con las tarifas actuales.
Cuatro: los colectivos no deben circular por el microcentro. Deberían hacerlo a dos cuadras del mismo, por ejemplo. Eso aliviaría en mucho el tránsito más denso.
(¡Ah! Se cumple lo que previmos hace cinco años. Dejar que el pago individual del boleto sea la forma de financiar el sistema intraurbano de transporte está llevando aceleradamente a su monopolización).
Lo expuesto nos induce a reclamar que todos: Municipalidad, taxistas y vecinos ordenemos el drama del tránsito local.

sábado, 19 de enero de 2008

Legislación represiva


Multar por no usar casco conduciendo una moto es ilegítimo. No es materia de derecho. Es un tema moral, de libertad de elección individual. De convicciones. Lo mismo, lo propio con los cinturones de seguridad. La forma más eficaz de prevención es la educativa.

La ley tiene que ver con la vida de relación. La de la persona con otra persona. O con otra cosa (de otra persona). Si se roba, se mata, se ofende, siempre es contra alguien. Nunca, contra uno mismo.

Si una ley obliga a renunciar a vidrios polarizados, podría dar pie a otra que fuerce a tomar una religión determinada.

La diferencia entre moral y derecho es la individualidad en oposición a la sociedad. Todo lo que cabe como decisión personal escapa de lo normativo hasta tanto interese a un prójimo. Si se tienen enganches salientes en un vehículo, sólo se podrá recurrir a justicia ante un daño originado por esa elección. Claro que para que ese irresponsable saque el enganche de su rodado se necesitará un esfuerzo persuasivo y educativo de la sociedad.

Imaginemos programas de TV donde se muestren las barrasadas que se cometen en el tránsito. Debe ser muy atrayente ver vecinos empeñados en hacerse daño (como llevar una moto sin casco o manejar usando un celular) y en infligírselo a otros (pararse en doble fila, desparramar gases tóxicos en pleno centro, etc.). Poder recrear ese sentido de vergüenza que nos ha escondido tanto corrupción va a ser muy sano para todos.

Pero mucho más sano será ir progresando en democracia y definir hasta dónde llega el autoritarismo que alentó a esta Argentina ingenua. Los poderes de la legislación y la judicatura han avanzado oscuramente al amparo de los pobres sistemas educativos y de los excesivos poderes nacidos de la riqueza. Hay mucho autoritarismo impregnado en nuestra vida social: es represiva y disciplinante la familia, la escuela, el trabajo. Nos falta consolidarnos en nuestra libertad individual para hacer más creativa y dinámica nuestra vida social.

Claro que si seguimos homenajeando a los monopolios (como el que tiene que ver con la foto) y a su carnaval de prepotencias, el camino a lo justo será cada vez más difícil.