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miércoles, 10 de septiembre de 2008
Los por qué de tanta corrupción
Es desalentador escuchar a cada rato sobre los actos de corrupción dominantes en la función pública. Que hay que ser muy "pirata" para sobreponerse a las "camas" con las que te ametrallan en cualquier cargo cercano a una fuente de coima. O de un trampolín de progreso político.
Es aplastante. Y, quizá, universal.
Una vez que los planteles de gobierno (nación, provincia o municipios)se infestaron de corruptela, la epidemia cunde. ¿Cómo dejar de pensar que seguirá así para siempre?¿Habrá alguna alternativa? ¿Alguna salida a la inmundicia?.
La respuesta es siempre: democracia. Velada de ingenuidad o de pelotudez, esa esperanza mantiene su vigencia.
No será fácil. Hay que recuperar la militancia. Canalizada a través de agrupaciones, por supuesto. Partidos vaciados, desmantelados por los grandes intereses que han controlado la mayoría de los medios de comunicación, han dejado de cumplir su estratégico papel.
No hay mediación entre la gente y los orientadores de la opinión. La TV angustia, mete dudas y miedos. Los diarios tradicionales espantan e inmovilizan. Agigantan el escenario de corrupción y reclaman más represión.
Y los que creemos que la Vida merece ser honradano podemos dejar de pedir más democracia. Más actividad, más control popular. Ir hacia municipios representativos de la comuna y no de grupos electoralistas de despliegue nacional. Reorganizar provincias con federalismo pleno, fuerzas de seguridad sanas y eficaces; universidades comprometidas con el diseño y el destino patrio. Partidos que formen dirigencia y que maduren doctrina.
Tenemos una poderosa oportunidad sudamericana. Forjémosla y reafirmemos nuestro espacio en el Mundo, que será para bien de Todos.