Nos unimos para entender, proponer y debatir el presente de nuestra comunidad urbana. Cómo y por qué somos y de qué modo podríamos mejorar nuestra democracia local.
domingo, 30 de septiembre de 2007
Los bonaerenses merecemos Democracia
Los municipios bonaerenses están organizados defectuosamente.
Sus gobiernos se debilitan cada vez más en confianza y representatividad.
No sólo es imperioso reestructurar nuestra geografía librándonos del Conurbano y adosándolo a la Capital. Hay que reformar la Constitución para corregir la democracaia que se nos niega cada día más. Sólo frenaremos la concentración mafiosa de poderes dando pie a la voluntad y el hacer popular.
Probablemente la causa más seria de la degradación democrática de los municipios bonaerenses resida en el manejo de los organismos ejecutivos. Cuando una agrupación política distinta a la que esté mandando alcanza el gobierno municipal recompone los cuadros directivos reemplazando a los funcionarios con autoridad ejecutiva. Los secretarios, subsecretarios, directores, subdirectores y los jefes departamentales deberán irse (cuando no integren la planta estable) o ser acomodados en jerarquías inferiores.
Esta partidización afecta la estabilidad, la actitud, el desempeño de aquéllos que durante un periodo pretenden asumir un rol ejecutivo. A la vez, debilita la posiblidad de desenvolver estrategias de largo plazo.
La solución es llevar la política a los Concejos Deliberantes. Que los intendentes sean quienes presidan los cabildos y sus secretarios y directores, personal de carrera, concursado.
Para todo esto se requiere la reanimación de los partidos. No hay alternativas en este modelo sociopolítico. Las agrupaciones (cuanto más de base, mejor. Sobre todo vecinalistas)tienen que preparar dirigencia, elaborar diagnósticos, recomendar estrategias al electorado.
El esquema que imaginamos consiste en:
1- Las autoridades municipales son elegidas mediante programas y listas diseñados por los partidos. Se trata de los miembros del Concejo, incluyendo al Intendente.
2- Los programas deberán separarse por campo. Los partidos confeccionarán sus estrategias separadamente, según correspondan a economía, acción social, salud, cultura, etc. Cada sección mostrará los candidatos a llevarlas a cabo en el Concejo. De ese modo, las áreas políticas de la comuna estarán legitimadas individualmente por el voto ciudadano.
3- Los más altos funcionarios del Ejecutivo municipal serán designados por los colegios profesionales y técnicos y por las escuelas de arte. Así, para Secretarios y subsecretarios; para directores y subdirectores.
4- Los delegados barriales serán elegidos por sus vecinos.
5- Los sueldos expresarán las menores diferencias posibles entre las categorías. La dedicación y el cumplimiento se premiarán jerarquizando, ampliando licencias, anticipando jubilaciones, antes que ofreciendo volátiles posibilidades de consumo. No hay justificación para un sueldo que apenas deje subsistir a una familia por el hecho de que su receptor sea un simple empleado...Y que su jefe disfrute de bienes y halagos materiales por enfrentar responsabilidades mayores.
6- Los intendentes presidirán los Concejos y dirigirán los programas votados mayoritariamente, controlando su cumplimiento.
7- Los Concejos dispondrán comisiones de acuerdo a las áreas puestas a votación popular.
8- La Justicia municipal eliminará los castigos monetarios. Estos son regresivos y penan a los menos pudientes. Las infracciones significarán restricciones sobre los derechos de usufructo otorgados por la vecindad. (sea para conducir, para ejercer una actividad económica , etc.). Los jueces serán elegidos, como autoridades municipales, por el colegio profesional (con acuerdo del HCD).
9- Los municipios dejarán la administración de hospitales, los que serán regionalizados.
10- La financiación de los servicios básicos deberá basarse en la equidad. Ante la penuria económica, que castiga sobremanera a los menos pudientes, las prestaciones meritorias (como el transporte público urbano de pasajeros) tendrán que cubrirse con recursos ajenos al mercado. Las necesidades elementales tienen que ser respondidas con el esquema impositivo, que en lo ideal redistribuye las capacidades económicas individuales y sectoriales.
11- Los jefes policiales serán elegidos y ratificados conjuntamente con los gobiernos municipales. Los comisarios seccionales serán votados conjuntamente con los delegados barriales.
12- Los intendentes integrarán concejos regionales que se ocuparán de las cuestiones de defensa del medio ambiente, metas y estrategias sociales y productivas, desarrollos educativos y tecnológicos, seguridad, etc. Estos concejos regionales estarán vinculados al gobierno provincial a través de los legisladores seccionales.
sábado, 22 de septiembre de 2007
La mayor pobreza nacional
Es la carencia más sentida de nuestra sociedad. Nos faltan dirigentes.
Es notorio en la suerte que nos ha tocado en lo político.
Se da también en lo social, en lo deportivo. La pobreza responde a un modelo educativo que ha dado prioridad a lo disciplinante antes que a lo creativo.
La enseñanza ha recurrido abrumadoramente a imponer orden más que a capitalizar socialmente las potencias individuales.
El enciclopedismo ha tratado de llenarnos de información sin formarnos. Se nos ha impuesto el individuo que es hartado de datos matemáticos, históricos, idiomáticos, geográficos. Nunca tuvo espacio el proceso auténticamente educativo, cual es el liberar las capacidades enriqueciendo lo mejor de todos y cada uno. Se trata de valorar el que un alumno memorice por un rato los ríos de China o las montañas suizas antes que la historia o la geografía de su propio entorno.
Los poderosos de siempre han delineado cursos de estudio que nunca llegan a poner en discusión la realidad vivida o la actual. Una carrera universitaria típica es una compilación de materias que buscan un engorde global dejando de lado la potenciación de las vocaciones. Un título puede lograrse acumulando información desordenada y hasta incongruente. La ejerce una persona que, en caso de gozar de una universidad pagada por todos, debe someterse a un tratamiento de lleado de datos, esterilizado del medio político y social circundante y accediendo a una habilitación que puede no tener ninguna relación con las necesidades de su entorno.
Por todo eso es que hoy la Argentina está groseramente centralizada en la Capital. Porque los mecanismos reales del poder se han preocupado de sostener un esquema que los perpetúe conformando una sociedad criada en la represión y la censura. La educación es uno de esos claros ejemplos. También la organización del trabajo, de la familia.
Después nos preguntamos por qué está fracasando rotundamente la democracia que elegimos veintitantos años atrás. Porque a la vez que los más fuertes coparon las vías de intermediación, deglutiendo a los medios de comunicación y vaciando a los partidos, no hay escenarios donde cultivar dirigencia. El modo de vida ha sobrepuesto la individualidad por encima de lo colectivo. “Sálvese quien pueda” mejor que “cómo salimos, entre todos”.
Los monopolios han logrado corromper instituciones y procederes. La impunidad ha degradado la confianza popular y ha oscurecido los valores que nacen del genuino sentido de la vergüenza.
Mientras sigamos legitimando el papel de los grandes capitales, despreciando el cooperativismo se nos va a cerrar todo acceso a las soluciones.La única alternativa a esta corrupción es reimponer la participación popular. Será, asociando en todos los órdenes (político, social, recreativo) las posibilidades individuales con respeto y tolerancia constante. Agrupar la gestión de los consumidores y pequeños productores para darse fuerza en las decisiones grandes.
Hay que recuperar democracia neutralizando el caprichoso dominio de los poderosos. Y de esa estrategia debe nacer una tarea educativa genuina, que enriquezca lo personal en beneficio de una mejor vida social: más justa, más estable, más libre.
jueves, 6 de septiembre de 2007
El sueño cumplió 25
Hace justamente veinticinco años que empecé a militar en un partido.
Me tomo el derecho, dado el acontecer, de decir lo que siento.
Fue un momento de pasión y romance. Salíamos de la oscuridad y el terror. No alcanzaba con los Falcon verde que podían levantar a cualquiera. Encima se arriesgaba la guerra con Chile y con Inglaterra y los EEUU.
Fue la cumbre de un metapalos a una sociedad que se había animado a lucir tres Premios Nobel y a destacar artistas y científicos por todo el Mundo. Todo era excesivamente disciplinante: el colegio, como el servicio militar; la familia y la instrucción universitaria. También, el trabajo donde todo se ajustaba a cumplir y a bancarse la peor asfixia creativa. Sólo al final del proceso aparecieron luces de libertad, como Humor, Satiricón, Hortensia. Y varias piezas teatrales que se anteponían a las amenazas, en formas underground. Y perlas literarias y musicales, claro que sí.
Afloró el verticalismo peronista arrastrado por Herminio y Luder. Y el inolvidable RA, seduciendo mayorías con su lirismo y su coraje.
Las casas partidarias hervían, como nunca.
El 30 de Octubre del 83, Alfonsín iba a abrochar la historia más sorprendente e ilusoria.
El disfrute duró casi cuatro años. A esa altura, los dueños de la economía ya habían programado la caída del caudillo de Chascomús y su movida.
Llegó Menem prometiendo progresos y modernismo. Tuvo que bancarse dos “hiperinflaciones” hasta que aceptó sentar a Cavallo como ministro de economía. Pasó a reinar un plan de convertibilidad que nos obligó a seguir sin pausas el ritmo del avance norteamericano. Como eso era imposible, lo pagamos con endeudamiento gigante, destrucción de la industria y desposesión de los bienes públicos.
Después vino el embriague de la Alianza, el desconcierto social, la venida de Duhalde (que mandó el dólar a 3 por 1 para engrosar las reservas y saciar a los todopoderosos).
Reforzando la debacle, los usureros se quedaron con los medios de comunicación y se instalaron como agentes de intermediación entre la gente y el poder público. Vaciaron a los partidos y orientaron la opinión masiva en resguardo de sus pretensiones.
Un nuevo escenario sudamericano prohija líderes flamantes y va germinando una vida más democrática. Bajo esa configuración, los Kirchner (que accedierona la Rosada con el veinte por ciento de las preferencias del 2003) han forzado una situación nacional en la que se arriesga seriamente el futuro por entregar soberanía energética y por aumentar la debilidad democrática interna (por su frágil convicción democrática).
Este 2007 nos muestra desilusionados por la vida política, empobrecidos de estímulos creativos
y difícilmente asociables en otro proyecto reivindicador.
La esperanza dependerá de cuánto podrá remendarse esta orfandad civil. Se necesita una reforma constitucional en serio: hay que recomponer la estructura de los poderes legítimos (federalizando, convocando, comprometiendo). Habrá que recuperar la naturaleza asambleística de los congresos (cortando con mandatos perdurables, sin otro sentido que el de la posibilidad negociadora particular)
Y rehacer el judicial para su insoslayable autonomía.
Ya vamos a seguir con esto. Valga este balance a 25 años de un sueño.
miércoles, 5 de septiembre de 2007
Comentario rionegrino
Ramón Manuel Minieri agregó a "Sociopatía" (29/01/07)la siguiente nota:
Aplanados por el discurso economicista y materialista supino, tendemos a olvidar que las sociedades y las economías funcionan merced a dos grandes insumos (y fuerzas): confianza y creencia. En un juego grupal con chicos de secundario, los invité a establecer qué elementos necesitarían básicamente para sobrevivir en una isla desierta. La respuesta de uno de ellos me asombró por su sabiduría: "GANAS".
Pero nuestros sistemas sociopáticos, según me parece, tienden a matar precisamente las ganas, y a manipular hasta el asco la confianza y la creencia.
El ex subsecretario cultural de Río Negro añadió: De este modo se logra que dependamos en mayor medida de otros, y se perpetúe un esquema de dominación.
Un abrazo.
Ramón
lunes, 3 de septiembre de 2007
Libertades en Riesgo
Castigar el uso de un celular mientras se maneja es contradictorio. La mayoría de los taxis y remises usan equipos de radio.
Multar por no usar casco conduciendo una moto es ilegítimo. No es materia de derecho. Es un tema moral, de libertad de elección individual. De convicciones. Lo mismo, lo propio con los cinturones de seguridad. La forma más eficaz de prevención es la educativa.
La ley tiene que ver con la vida de relación. La de la persona con otra persona. O con otra cosa (de otra persona). Si se roba, se mata, se ofende, siempre es contra alguien. Nunca, contra uno mismo.
Si una ley obliga a renunciar a vidrios polarizados, podría dar pie a otra que fuerce a tomar una religión determinada.
La diferencia entre moral y derecho es la individualidad en oposición a la sociedad. Todo lo que cabe como decisión personal escapa de lo normativo hasta tanto interese a un prójimo. Si se tienen enganches salientes en un vehículo, sólo se podrá recurrir a justicia ante un daño originado por esa elección. Claro que para que ese irresponsable saque el enganche de su rodado se necesitará un esfuerzo persuasivo y educativo de la sociedad.
Imaginemos programas de TV donde se muestren las barrasadas que se cometen en el tránsito. Debe ser muy atrayente ver vecinos empeñados en hacerse daño (como llevar una moto sin casco o manejar usando un celular) y en infligírselo a otros (pararse en doble fila, desparramar gases tóxicos en pleno centro, etc.). Poder recrear ese sentido de vergüenza que nos ha escondido tanto corrupción va a ser muy sano para todos.
Pero mucho más sano será ir progresando en democracia y definir hasta dónde llega el autoritarismo que alentó a esta Argentina ingenua. Los poderes de la legislación y la judicatura han avanzado oscuramente al amparo de los pobres sistemas educativos y de los excesivos poderes nacidos de la riqueza. Hay mucho autoritarismo impregnado en nuestra vida social: es represiva y disciplinante la familia, la escuela, el trabajo. Nos falta consolidarnos en nuestra libertad individual para hacer más creativa y dinámica nuestra vida social.
Claro que si seguimos homenajeando a los monopolios y a su carnaval de prepotencias, el camino a lo justo será cada vez más difícil.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)